Cumbiemos el Mundo es un proyecto audiovisual experimental que, partiendo de una estética mestiza, se propone intervenir situaciones de fiesta y espacios comunitarios. Parte de materiales pre existentes para reutilizarlos y re significarlos, tomando prestada su inspiración de los pioneros del cine experimental, aquellos que intervenían el material fílmico pintándolo a mano. En cuanto a lo musical, su punto de referencia habría que buscarlo en los primeros cruces e hibridaciones que se dan entre la cumbia, el reggae y el dub en las tempranas colaboraciones entre Pablo Lescano y Fidel Nadal y en seminal trabajo del DJ y productor Taz.
De estilo visual propio y fácilmente reconocible, en él abundan la saturación de los colores y la abstracción de las formas. Elige salirse de los acotados límites que supone una pantalla de video para trabajar sobre la puesta en escena de un determinado ambiente. Define su trabajo como una curaduría de imágenes en tiempo real.
Así mismo, reivindica la utilización de la tecnología más básica, haciendo de esto una apuesta política con el objetivo explícito de trasmitir que cualquiera que tenga acceso a una netbook y a un software de VJ, puede disponer de los medios materiales para desarrollar esta forma de expresión artística.